He perdido la poesía.
Me abandonó de nuevo y,
quizá esta vez no vuelva.
No dijo adiós.
Sólo dejó de venir a mi mano,
dejó de presentarse como cura al daño.
Las palabras permanecen en silencio,
sin retórica ni rima que combine
sensaciones y sonidos con palabras.
Como si las frases no quisieran
venir a verme en este vacío inapelable.
Cómo si la lírica se hubiera escapado
por el agujero que traigo en el pecho,
ese que, desde hace rato, parece y no estar,
pero que en noches grita que lo escuche
para mostrarme las grietas que la última sacudida dejó.
Ese hueco que recuerda la esencia de la vida
y que se hace visible en noches cómo esta,
en que un poema me vuelve a acompañar.
Muchas gracias por leer y qué bueno que te guste.
¡Saludos!
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Excelente. Desde hace un tiempo te leo y escribes genial. Mis respetos.
-Francisco
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