Nuestro pantano
Nos hundíamos en el fango más viscoso,
un pantano lleno de rencores y deseos frustrados.
Nos ahogábamos y no pude hacer algo,
el intento de salvarnos fue casi irrisorio ,
corrí a ti aterrada, gritando cuentos
pero tus oídos ya eran los de un pez.
Lentamente nos ahogamos en ese negro mar
y morimos asfixiados, nuestros ojos se apagaron.
Sin siquiera notarlo, se tornaron opacos
como el cristal que termina olvidado,
arrumbado en el rincón invisible de los años.