Ya sé que te has ido, que no volverás,
te he alejado sin pensarlo.
Tus palabras ahora son silencios inagotables
y mis recuerdos tuyos se humedecen
como papel entre las olas del mar.
Cómo quema el hilarante hueco incandescente
porque ahora no habrá del que eres.
Mis lágrimas van a ningún lugar,
mis ojos sufren, mis labios te quieren,
mi cuerpo entero te llama pero no escuchas,
eres sordo en el infinito en que estás.
El dolor carcome mis entrañas
como escuálidos gusanos,
incansables roedores de mis adentros.